SU MAYOR ENEMIGO ESPIRITUAL
En el libro de Ezequiel 28 podemos leer acerca
de la caída de Lucifer y los demás demonios y podemos entender la grandiosidad
de su hermosura y poder, y cómo eran en todos sus detalles. En el versículo 12
dice que era lleno de sabiduría y perfecto en hermosura. Ahí podemos ver que
nuestro Dios lo creó perfecto, lo contrario a lo que muchos piensan y
preguntan: ¿Acaso Dios no es malo por haber creado al diablo? Y no es así. Dios
lo creó perfecto pero la DESOBEDIENCIA, la MALDAD y el ORGULLO de su corazón lo
transformaron en Satanás y los demás ángeles que fueron la tercera parte que se
rebelaron en contra de Dios también se transformaron en demonios. Quizá el
diablo tiene poder en la vida de muchos porque ellos tienen las mismas
características de él. Y esa es la señal de que necesitan buscar de Dios, para
que Él quite eso y no sea tarde, como pasó con Lucifer.
A nosotros también Dios nos da el libre
albedrío para elegir lo que queremos y, de acuerdo con nuestras actitudes,
seremos maldición o bendición, esclavos o libres de esos demonios.
En el versículo 15 empieza la explicación de
su transformación y caída:
“Perfecto
eras en todos tus caminos, desde el día que fuiste creado hasta que se halló
maldad en ti”.
Observe que la Palabra de Dios es muy clara: “se encontró maldad en él, es decir, él
mismo se corrompió. Y desde ese momento, con el corazón y los pensamientos que
tenía sería imposible permanecer en el reino de Dios, que es un lugar de
Santidad. Por ese motivo, Dios tuvo que echarlo (vers. 16)
Así sucede con nosotros, elegimos lo correcto
o lo errado para nuestras vidas.
Satanás profanó (no respetó) el Santuario de
Dios, así que Dios sacó el Fuego que él tenía, que era la Presencia de Dios, el
Espíritu Santo, y con ese mismo fuego lo consumió, tornándolo en cenizas, es
decir, fue humillado para que todos lo vieran (vers. 18).
Hoy, el diablo quiere destruir toda y
cualquier creación de Dios por el odio que tiene de Él. Como no puede tocar en
Dios ni destruirlo, lo que hace es tocar en la humanidad, que es la única
manera que puede “tocar en Dios”. De igual modo pasa con muchas personas, ellas
mismas causan sus problemas con sus actitudes y echan la culpa en Dios e,
incluso, quedan con el corazón herido por algo que DIOS NO TIENE LA CULPA y se
tornan participantes de las mismas actitudes de Satanás y, como consecuencia de
esas actitudes, los problemas se reflejan en sus vidas.
Así como el diablo falló con Dios y perdió su
perfección, él quiere que también nosotros fallemos, estemos lejos de Él y no
tengamos una vida perfecta.
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