Las murallas que Agustina tenía en su vida eran trabas económicas que le impedían remodelar su casa. Cuando empezó el propósito de Las Murallas de Jericó, obtuvo todo el dinero que estaba trabado para invertir en su casa. Hoy, ella disfruta de la casa que ella quería tener pero que no conseguía. Usando su fe en este propósito derribó esa muralla en su vida financiera.
María comenzó este propósito de Las Murallas de Jericó con el objetivo de luchar por su familia que estaba desunida y separada. Su hijo estaba distanciado de ella, no hablaba con ella ni iba a su casa para verla. Su nieto estaba aislado de todos, vivía encerrado en su habitación sin salir a ningún lado ni hablar con nadie. Hoy, esa muralla fue derribada: su hijo se reconcilió con ella y su relación es la misma que una vez había sido, la de una madre y un hijo unidos. Su nieto cambió y ahora es un adolescente que disfruta de su juventud.
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