DIARIO Online

Sábado 24, Reunión especial y Santa Cena


Nuestra familia y las fiestas, ¿qué hacer?

Estas fiestas son motivo para reunirse con la familia y reencontrarse con parientes que no se ven a menudo, y se espera que estas reuniones sean momentos de celebración y alegría. Sin embargo, en muchas ocasiones, estos encuentros se ven afectados por diferencias, discusiones, reproches, problemas del pasado, etc. Y es en esas situaciones donde uno puede sumar o restar, calmar o empeorar. El papel del cristiano, del que busca de Dios, siempre tiene que glorificar a su Señor, lo que haga o diga debe transmitir vida, paz, fuerza, de manera que sus familiares vean reflejada en él/ella la presencia de Dios, ya que muchas personas creen que los que van a la iglesia no pueden “hacer nada” y que llevan una vida aburrida y de religiosidad.
Ese pensamiento generalizado que se tiene es, muchas veces, confirmado por las actitudes de aquellos que “buscan de Dios”, actuando en forma contraria a lo que es enseñado en la iglesia, llevando consigo un “fanatismo” que hace con que ellos juzguen y critiquen a sus familiares que no conocen a Dios. De esta forma, los alejan de querer buscar de Jesús.
Lo que estos “cristianos” tienen que hacer es ser humildes como el Señor Jesús lo fue y sorprender a sus familias con sus actitudes, ya que Jesús lo demostró, “bajó un nivel” cuando lavó los pies de sus discípulos, cuando aceptó a Zaqueo que era ladrón; Él no lo juzgó, no lo criticó sino que cenó con Él, mostrando Su humildad. Ese es el ejemplo que nos dejó nuestro Señor y el que tenemos que seguir si queremos que nuestra familia también lo tenga como su Señor. Esa es la parte de la persona y la otra parte queda en las manos de Dios, la de convencerlos. 

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