Obstinación, causa de castigo
Dios, como cualquier otro padre, quiere dar lo mejor para Sus
hijos, pero a la vez, Él exige de ellos una determinada conducta y compromiso
para con Él. Dios quiere más de lo que nosotros pensamos que debemos darle. Él
quiere que nos despojemos de todo, que aprendamos a entregarnos por completo.
Cuando pasa lo opuesto a eso, cuando una persona no se entrega, la vida que
ella tiene tampoco es conforme a los deseos de Dios.
Muchas personas piensan que Dios solo es bueno y permisivo
pero solo basta conocer Su Palabra para darse cuenta que no es así. En el libro
de Amós 4:4-12, Dios reprocha y reprende a Su pueblo por no entregarse por
completo a Él. Muestra Su enojo hacia ellos porque a pesar de castigarlos para
que entren en razón y se vuelvan a Él, nunca lo hicieron, sino que seguían en
sus pecados, en su forma de vivir que Le desagradaba, y aún perdiendo todo,
Dios los reprobaba una y otra vez, diciéndoles: “no os volvisteis a mí”.
Esa misma obstinación la tienen muchos hoy. A pesar de estar
perdiendo todo: matrimonio, prosperidad, armonía, salud, etc., toman cualquier
actitud pero menos volverse a Dios. Caminan hacia atrás pero no cambian.
Quieren intentar por cualquier otro medio que no sea el hacer caso a la Voz de
Dios, sin entender que Él conoce la manera con que cada uno Lo busca.
Por eso es el motivo de esta invitación: para que usted ya no
siga perdiendo, para que no retroceda, sino para que su vida avance. Acérquese
este domingo a las 9:30 hs, en calle Rioja 1448, Ciudad, y vuélvase a Él para
que Él haga lo mejor en su vida.
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