Unos dicen: “Tengo demasiados problemas como para poder disfrutar la vida”.
Otros dicen: “La razón por la que estoy desanimada e infeliz es porque hay tantas cosas que me vienen en contra, todo el tiempo”.
Nuestras circunstancias pueden ser negativas y quizás haya muchas cosas que no salgan como lo deseamos, pero si aprendemos a confiar en Dios, podemos ser felices. Podemos vivir con entusiasmo a pesar de lo desfavorable en nuestras vidas.
Una de las claves está en Efesios 5:18: “Sed llenos del Espíritu”. Observe que uno no se llena del Espíritu Santo una sola vez y luego vive feliz para siempre. La Santa Biblia nos manda a llenarnos del Espíritu Santo, lo cual significa que lo hacemos una y otra vez. ¿Cómo lo hacemos?
El siguiente versículo nos lo dice: “Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones”.
Entonces, la forma de mantener su vida llena de gozo, la forma de vencer las presiones de la vida es manteniendo un canto de alabanza en su corazón. A lo largo del día debiéramos cantar, si no en voz alta al menos en su interior, permitiendo que un canto de alabanza se repita en nuestras mentes. Quizás no cante en voz alta, sino que sencillamente expresa su gratitud a Dios. Hasta puede susurrar o silbar una melodía mientras trabaja. Pero a lo largo del día, cante con su corazón, diciéndole: “Señor, gracias por este día. Gracias porque estoy vivo y tengo salud”.
Al hacer esto está llenándose por dentro y Dios está renovando sus fuerzas; vuelva a llenarse de gozo y de paz. Las mismas cosas que tantas veces se agotan por causa del estrés, del desaliento y de los rigores cotidianos son las que Dios quiere renovarlas en su vida. Cuando entona continuamente una canción para Dios, puede volver a llenarse mucho más rápido de lo que le vacía la vida con el estrés, las tentaciones y las frustraciones. Así es como permanecemos llenos del Espíritu Santo.
Para estar llenos del Espíritu Santo implica que tenemos que formar el hábito de volver a llenarnos a lo largo del día y en especial en los días más difíciles.
Piense en su infancia, cuando alguien le daba un globo lleno de gas para su cumpleaños. Durante unos días, el globo seguía en lo alto, brillante y bello. Sostenido por el hilo y bailando con la brisa. Si soltábamos el hilo, el globo se iba, más alto. Pero si lo conservábamos, a los pocos días comenzaba a encogerse cada vez más, más débil. Cada día el globo bajaba un poco más hasta que por fin quedaba desinflado en el suelo. Sin vida ni atractivo, y por supuesto, habiendo perdido el potencial de poder ir más alto.
Irónicamente, lo único que tenemos que hacer es volver a inflar esos globos, dándoles un nuevo comienzo al llenarlos con gas otra vez. Si hacemos eso, un globo puede durar semanas y meses. Así somos usted y yo.
Unos dicen: “Tengo demasiados problemas como para poder disfrutar la vida”.
Otros dicen: “La razón por la que estoy desanimada e infeliz es porque hay tantas cosas que me vienen en contra, todo el tiempo”.
Nuestras circunstancias pueden ser negativas y quizás haya muchas cosas que no salgan como lo deseamos, pero si aprendemos a confiar en Dios, podemos ser felices. Podemos vivir con entusiasmo a pesar de lo desfavorable en nuestras vidas.
Una de las claves está en Efesios 5:18: “Sed llenos del Espíritu”. Observe que uno no se llena del Espíritu Santo una sola vez y luego vive feliz para siempre. La Santa Biblia nos manda a llenarnos del Espíritu Santo, lo cual significa que lo hacemos una y otra vez. ¿Cómo lo hacemos?
El siguiente versículo nos lo dice: “Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones”.
Entonces, la forma de mantener su vida llena de gozo, la forma de vencer las presiones de la vida es manteniendo un canto de alabanza en su corazón. A lo largo del día debiéramos cantar, si no en voz alta al menos en su interior, permitiendo que un canto de alabanza se repita en nuestras mentes. Quizás no cante en voz alta, sino que sencillamente expresa su gratitud a Dios. Hasta puede susurrar o silbar una melodía mientras trabaja. Pero a lo largo del día, cante con su corazón, diciéndole: “Señor, gracias por este día. Gracias porque estoy vivo y tengo salud”.
Al hacer esto está llenándose por dentro y Dios está renovando sus fuerzas; vuelva a llenarse de gozo y de paz. Las mismas cosas que tantas veces se agotan por causa del estrés, del desaliento y de los rigores cotidianos son las que Dios quiere renovarlas en su vida. Cuando entona continuamente una canción para Dios, puede volver a llenarse mucho más rápido de lo que le vacía la vida con el estrés, las tentaciones y las frustraciones. Así es como permanecemos llenos del Espíritu Santo.
Para estar llenos del Espíritu Santo implica que tenemos que formar el hábito de volver a llenarnos a lo largo del día y en especial en los días más difíciles.
Piense en su infancia, cuando alguien le daba un globo lleno de gas para su cumpleaños. Durante unos días, el globo seguía en lo alto, brillante y bello. Sostenido por el hilo y bailando con la brisa. Si soltábamos el hilo, el globo se iba, más alto. Pero si lo conservábamos, a los pocos días comenzaba a encogerse cada vez más, más débil. Cada día el globo bajaba un poco más hasta que por fin quedaba desinflado en el suelo. Sin vida ni atractivo, y por supuesto, habiendo perdido el potencial de poder ir más alto.
Irónicamente, lo único que tenemos que hacer es volver a inflar esos globos, dándoles un nuevo comienzo al llenarlos con gas otra vez. Si hacemos eso, un globo puede durar semanas y meses. Así somos usted y yo.