Vencedor vs Perdedor
Está comprobado científicamente que cada uno de
nosotros, cada ser humano es un vencedor ¿cómo? Desde el momento que tenemos
vida fue porque vencimos. De los millones y millones de espermatozoides
tratando de fecundar solo uno fue el que consiguió, el más fuerte, el más
rápido y ese es cada ser humano que llegó al mundo. Desde ese punto de vista
todos somos vencedores, o deberíamos serlo, pero ¿por qué no todos logran
afirmar eso en sus vidas? ¿Por qué muchos han fracasado en muchos aspectos de
sus vidas? Acá está la respuesta:
Romanos 8: 28-39 “Más que vencedores”
Y
sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por
nosotros, ¿quién contra nosotros?
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino
que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las
cosas?
¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es
el que justifica.
¿Quién
es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó,
el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
¿Quién
nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o
hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
Como está escrito:
Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero.
Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero.
Antes, en todas estas cosas somos más que
vencedores por medio de aquel que nos amó.
Por lo
cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados,
ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni
ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo
Jesús Señor nuestro.
Un vencedor no puede actuar como un perdedor. El
que es perdedor desiste; el vencedor siempre sigue adelante. El perdedor se
queja; el vencedor aprovecha la oportunidad. El perdedor se inhibe frente a las
dificultades; el vencedor las toma para su crecimiento. El vencedor sabe que
tiene un largo camino y que sí o sí tiene que llegar.
Para lograrlo es primordial amar a Dios para
que todo ayude para bien, aún las adversidades. ¿Cómo saber si una persona Lo
ama? Aquel que se da, se entrega para Él. De esa manera la persona va a ser “más que vencedora”.
Depende de cada uno estar junto a Él y no
separarse para ver Sus promesas cumpliéndose y vencer en cada aspecto de su
vida.