¿Qué clase de tierra ha sido?
Y mientras sembraba, parte de la semilla
cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.
Parte cayó en pedregales, donde
no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero
salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
Y parte cayó entre espinos; y
los espinos crecieron, y la ahogaron.
Pero parte cayó en buena tierra,
y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.
El que tiene oídos para oír,
oiga.
En esta parábola es demostrado
que todo depende de cada uno. Si uno quiere crecer, prosperar, multiplicar,
etc. es uno mismo quien tiene que ser la buena tierra.
La semilla que cayó en
pedregales, representa a la clase de persona que quizás quiere recibir todo,
pero porque no tiene raíz en sí misma se seca.
Aquella que fue ahogada por los
espinos, simboliza a aquellos que cuando los problemas crecen, la fe de ellos
va muriendo.
Si alguien no crece con la
Palabra es porque está siendo una de las tierras que no dio fruto, porque todos
vamos a pasar por eso. Todos vamos a tener un sol para quemarnos, todos vamos a
tener espinos para pincharnos, pero aquellos que buscan y tienen a Dios en sus
vidas no se van a ver afectados, porque Él va a ser su armadura para
protegerlos.
Pero, así como hubo tierras que
no dieron fruto, también hubo una buena tierra que al escuchar la Palabra de
Dios, obedeció y por eso, fue multiplicada, creció en todo lo que hizo.
Cada uno de nosotros es quien decide qué clase de tierra va a ser a
partir de ahora.
Si quiere aprender a ser la buena tierra para que su vida avance y dé
frutos buenos, lo invitamos a participar este domingo a las 9:30 hs en calle
Rioja 1448, Ciudad.